"Dos años, dos millones más de parados"

Según el dirigente popular, "el paro es hoy, comprensiblemente, la mayor preocupación de los españoles. Sin embargo prosiguió, no lo es, a juzgar por su pasividad y sus miopes medidas, para el Gobierno socialista, que está para cualquier cosa menos para combatir el desempleo".

García-Escudero recordó que los informes económicos más serios empiezan a advertir de que, si prosigue esta dinámica, hará falta una década para que el desempleo se reduzca a las tasas anteriores a la crisis. "Diez años es tanto como hablar de una generación perdida, lo que es sencillamente intolerable", indicó.

El portavoz del PP recordó que todas las encuestas expresan cómo una mayoría creciente de españoles ya no cree en este Gobierno, y lo considera incapaz de ayudarnos a salir de la crisis.

Absurdo ridículo de dimensiones europeas

En opinión de García-Escudero, "este absurdo ridículo alcanza ya dimensiones europeas" y "la única duda que aún nos suscita Zapatero es preguntarnos si aún es capaz de hacerlo peor. Y, por increíble que parezca, él nunca para de contestar "sí, se puede: aún puedo equivocarme más". Así es como Zapatero practica el "yes, we can" de su admirado Obama".

Frente a esta cruda realidad, el dirigente popular apostó por un Gobierno que ayude a los españoles a recuperar la confianza perdida. Por eso, hizo un llamamiento al PP para que afronte la enorme responsabilidad que entraña la dificultad del momento.

También se refirió a la cascada de planes que Zapatero va anunciando y que nunca se concretan en auténticas reformas. "El Partido Socialista de Zapatero es así: los cambios que realiza nunca son para acometer auténticas reformas, sólo busca introducir deformaciones en la realidad. No reforman: deforman", resumió.

Devolver la confianza
Por ello, García-Escudero instó a todo el PP a luchar por "devolver la confianza a nuestros jóvenes, a las familias, a los pequeños empresarios, a los emprendedores. Pero sólo podremos hacerlo -advirtió- si somos capaces de despertar la confianza de la sociedad en nuestro proyecto reformista. Debemos ser absolutamente claros en nuestros mensajes, sin dejarnos contagiar ni por falsos buenismos, ni por lenguajes edulcorantes. Debemos decirle a la gente que es absurdo sentarse a esperar que alguien de fuera nos saque las castañas del fuego. De ésta sólo podremos salir con trabajo y con esfuerzo, cumpliendo cada cual nuestra parte y con espíritu solidario, en especial con aquellos que hoy están atravesando mayores dificultades".