“Es necesario disponer de criterios objetivos y comunes para el conjunto del SNS, para garantizar que la intercambiabilidad se lleve a cabo en condiciones de calidad, seguridad y eficacia”
El senador del GPP por Córdoba, Jesús Aguirre, ha defendido una moción, que ha resultado aprobada por unanimidad, en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales que insta al Gobierno a adoptar las medidas necesarias para articular una regulación específica en materia de intercambiabilidad entre medicamentos biológicos y biosimilares y de su prescripción.
Aguirre ha resaltado que el objetivo es que, dentro del Sistema Nacional de Salud, “quede garantizado el mejor acceso de los pacientes a estos medicamentos; una mejor calidad asistencial y el fomento de la competitividad transparente entre los medicamentos biológicos innovadores con patente vencida y los biosimilares; incluso entre los propios biosimilares”.
Los medicamentos biológicos han abierto una nueva era en la sanidad con gran eficacia para hacer frente a enfermedades hasta hace poco graves o mortales. Las terapias biológicas juegan un papel imprescindible en enfermedades como el cáncer, la esclerosis múltiple, la artritis reumatoidea e incluso el alzheimer.
Al vencer las patentes de los medicamentos biológicos de referencia, pueden autorizarse biosimilares, que son desarrollados por un fabricante diferente y entran en competencia con los biológicos iniciales. Los biosimilares están autorizados por la Agencia Europea de los Medicamentos (EMA) y, tal y como ha explicado el senador popular, están dotados de “calidad, seguridad y eficacia”.
Jesús Aguirre ha explicado que la sustitución e intercambiabilidad de estos medicamentos no se aborda en la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios. En el caso de la sustitución, las reglas las aprobó el Ministerio de Sanidad en 2017 “pero esto no ha sucedido con respecto a la intercambiabilidad, lo que está generando preocupación entre médicos y pacientes”.
El senador cordobés ha indicado que por ello se hace necesario disponer de orientaciones y de criterios objetivos y comunes para el conjunto del Sistema Nacional de Salud, con el fin de garantizar que la intercambiabilidad se lleve a cabo en condiciones de calidad, seguridad y eficacia y de modo acorde con el derecho a la información de los pacientes y velando por la eficiencia económica, contribuyendo a que los costes de estos medicamentos sean compatibles con la sostenibilidad del sistema sanitario público. Los medicamentos biosimilares permitirán un ahorro de 2.000 millones de euros en el Sistema Nacional de Salud hasta el año 2020.