Zapatero pone de manifiesto que vivimos en un país sin gobierno

El presidente socialista no ha explicado por qué si todo va tan bien como dice, todos los españoles piensan que va tan mal

- 8 de cada 10 españoles dicen que la situación económica es "mala o muy mala" y 7 de cada de 10, que el año que viene irá peor.
- Zapatero demuestra que vive fuera de la realidad y que ya no sabe lo que pasa fuera de La Moncloa.
- Zapatero presume de sus viajes a China, Kazajistán y Rusia, pero se nota que no ha viajado por España para ver cómo viven los españoles y entender por qué no le han votado el pasado 22 de mayo.

Zapatero no ha explicado por qué los únicos datos económicos positivos dependen del exterior mientras que los que dependen del gobierno siguen siendo negativos
- Zapatero admite que la demanda interna no crece y seguimos estancados, pero intenta presumir de los datos del turismo que dependen de factores internacionales, como la recuperación de otros países y la inestabilidad política de países competidores en turismo.

Los ejes que presenta Zapatero son vacíos e inútiles:
- Presume de que amplían el gasto social, cuando lo único que han hecho es haber provocado más paro y por tanto tener que gastar más en las prestaciones por desempleo.
- Anuncia medidas de austeridad pero sólo para los demás: las CCAA. Y olvidan que fueron ellos en 2005 los que suprimieron el techo de gasto que había establecido el PP y provocaron que se haya doblado el gasto autonómico.
- Hablan de reformas pero sólo anuncian parches a sus propios errores:
o Ahora anuncian medidas para acabar con la morosidad de los ayuntamientos cuando se opusieron a las que PP propuso hace un año.
o Después de gastarse 13.000 millones en el Plan E, ahora dicen que van a dedicar 148 millones para combatir el mayor fracaso escolar de Europa, generado por las leyes socialistas.
o Después de subir la luz un 60%, presenta un Plan para bajarla un 5%

Al presidente socialista no le preocupa la presencia de Bildu en las instituciones democráticas
Incluso presume de haber hecho una reforma legal para evitar la presencia de partidos que no rechacen la violencia, cuando Bildu gobierna en Guipuzcoa.

Ha sido el discurso de justificación de un presidente que se aferra al poder a costa de que los españoles paguen el precio de su parálisis gubernamental y su desconfianza internacional