Pons lamenta que el Gobierno dé la razón al régimen de Maduro y pregunta con qué cara puede mirar el sanchismo a los venezolanos

En varias entrevistas de televisión

Esteban González Pons, vicesecretario de Institucional
Esteban González Pons, vicesecretario de Institucional

  • El vicesecretario de Institucional resalta que la delegación del PP no fue la única expulsada del país caribeño y denuncia que el Gobierno de España no haya presentado protesta alguna, del mismo modo que han hecho mandatarios de izquierdas como Boric

  • Destaca que la cautela respecto a los resultados que traslada el régimen viene de todas partes, desde EEUU, Chile o la UE, como ha manifestado Borrell, y cree que ayer triunfaron la libertad y la oposición: “El régimen ha decidido no aceptar el resultado

  • Hay un sentimiento internacional de que se han manipulado las elecciones y de una dictadura que ha montado un paripé porque el dictador es dictador hasta el final”, incide  

  • Nuestra expulsión y la de otras 200 personas es la primera prueba de que el fraude electoral estaba acreditado”, denuncia González Pons, quien resalta que toda la delegación del PP tenía el pasaporte en regla, que para entrar en Venezuela no hace falta visado y su intención no era otra que acompañar a la oposición en unas elecciones cruciales

  • Comenta que, cuando se produjo la situación “bochornosa” de llevar a toda la delegación a un cuarto del aeropuerto, reclamó la presencia de Zapatero y del embajador y afirma que las únicas razones esgrimidas por la “policía política” para no dejarles pasar fueron que habían votado sanciones contra Maduro y su familia

  • Asegura sentirse “triste” al comprobar que tenía razones fundadas para dudar del resultado que presenta Maduro, porque el régimen ha hecho trampas en el recuento sin entregar las actas, sin comunicar datos y no acepta el resultado de las urnas

  • Confía en que haya mecanismos para que Venezuela se convierta en un país libre, llama al Ejército a tener un papel estabilizador y espera que la tensión generada por el régimen, que no ha aceptado el resultado, no se traslade a la calle