En una situación económica especialmente grave para Cataluña, se convocan unas elecciones que generarán parálisis en la actividad económica y en la administración catalana.
Hace poco más de un mes, Artur Mas pidió al Gobierno de España 5.000 millones de euros para hacer frente a la grave situación financiera que atraviesa Cataluña. Con este panorama, no había motivos para convocar elecciones, salvo los problemas en los que el propio Artur Mas se ha metido por sí mismo.
Artur Mas ha sido incapaz de arreglar los problemas de Cataluña y ha decidido generar un problema nuevo para ocultarlo.
El PP lamenta que el presidente de la Generalitat haya escuchado más a los miles de personas que se manifestaron en la calle que a los 800.000 catalanes que están permanentemente en la calle porque no tienen oportunidades de futuro, porque no tienen empleo. En lugar de eso, Artur Mas crea una dificultad añadida a la grave crisis económica, adelantando unas elecciones en las que a los catalanes se les pide que se separen del resto de España.
CiU ha fracasado en su responsabilidad de Gobierno.
Están primando más los intereses partidistas de CiU para tapar la incapacidad de gestión de Artur Mas, que ha sido incapaz de reducir el paro y la deuda y de solucionar los problemas de la crisis. Artur Mas tenía mayoría y apoyos parlamentarios suficientes para gobernar, pero no ha querido asumir la responsabilidad que le corresponde.
El independentismo es una opción perfectamente legítima, pero que no responde con el sentir de la mayoría de la sociedad catalana.
El president de la Generalitat debe velar por los intereses del conjunto de la sociedad catalana, y no generar un camino de división y enfrentamiento. Las consecuencias de abrir un proceso de ruptura en la sociedad catalana, y en un momento de grave crisis económica, puede tener consecuencias imprevisibles.
El Partido Popular es la única formación dispuesta a responder a los verdaderos problemas de los catalanes: el paro y llegar a final de mes.
El Partido Popular es el único partido que puede ofrecer estabilidad, seguridad y confianza en el futuro. El PP tiene el compromiso moral y político de garantizar un futuro para las nuevas generaciones, no un futuro de incertidumbre y enfrentamiento. Nos jugamos mucho: el futuro de Cataluña y del resto de España.
Ahora es más importante que nunca que trabajemos todos juntos por el objetivo que todos perseguimos: salir de la crisis.
Como tercera fuerza en el Parlament de Cataluña, el Partido Popular apela a la mayoría de catalanes, que se sienten catalanes y españoles, a sumar y no restar para hacer frente a una crisis que nos afecta a todos.