El Plan de Regeneración Democrática en tres objetivos:
1. Reforzar el control de la actividad financiera de los partidos:
- Se crea y se regula la figura de un responsable económico que tendrá que rendir cuentas una vez al año.
- Todos los partidos tendrán la obligación de presentar sus cuentas al Tribunal de Cuentas, independientemente de si reciben subvenciones.
- Mayor control de las subvenciones, que se tendrán que reflejar en la cuenta de ingresos de los partidos así como las donaciones que superen una cuantía.
- Se refuerza el papel del Tribunal de Cuentas para que tenga una mayor capacidad de fiscalización.
- Mejora el procedimento sancionador y el cobro de las sanciones.
2. Mejorar la regulación del ejercicio de los cargos públicos:
- Más publicidad de las declaraciones de bienes y derechos patrimoniales.
- Más transparencia: las retribuciones de los cargos públicos figurarán en los presupuestos y se limitarán los gastos de representación.
- Más control: se prohibirá el uso de tarjetas de crédito y se requerirá una justificación estricta de los gastos reembolsables.
3. Fortalecer la respuesta penal contra la corrupción:
- Con la reforma del Código Penal, se crea por primera vez el delito de financiación ilegal de partidos políticos.
- Se refuerza el marco penal aplicable a los principales delitos asociados a la corrupción, como la prevaricación, cohecho, fraude y tráfico de influencias.
- Se refuerzan las consecuencias de los delitos de corrupción con medidas como la prohibición de contratar con administraciones o inhabilitación.
- Se mejoran las medidas procesales: se agilizan los procedimientos, se racionaliza la regulación de los recursos, se separará la responsabilidad civil de la penal, para no entorpecer ninguno de los dos procedimientos.