Presidenta, señorías, Sr. presidente del Gobierno y miembros del Gobierno en funciones:
A lo largo de esta sesión de investidura, he tratado de presentarles una alternativa coherente con lo que los españoles votaron el pasado 23 de julio.
Les he ofrecido un Gobierno del primer partido en las urnas, apoyado en un trabajo colectivo y entendimiento amplio de esta Cámara.
Les he propuesto que sigamos avanzando dentro del marco constitucional que une a este país en una democracia que respeta la diversidad.
Les he planteado que nadie puede ser más que nadie y que preservemos y sigamos construyendo una nación en igualdad de condiciones para que todos los ciudadanos puedan progresar en libertad.
Y he procurado que, en esta Cámara y durante esta legislatura, releguemos los intereses partidistas, mucho más los intereses personales y nos ocupemos de las prioridades de los españoles que entiendo podrían confluir en seis pactos de Estado:
- Por unas instituciones al servicio de los ciudadanos.
- Por la economía y el empleo.
- Por todas las familias y la conciliación
- Por el estado de bienestar
- Por el agua
- Y por un país plural y con matices, pero que no distinga entre ciudadanos ni los categorice en función de su ideología o la conveniencia de alguien que aspire a ser presidente.
Les he propuesto un nuevo proceso de entendimiento y hemos debatido sobre nuestras diferencias –por supuesto, y como debe ser en esta Cámara (casi todos con respeto)- pero lo que no les he pedido, en ningún momento, es que ninguna
de sus señorías tenga que renunciar ni a sus principios ni a sus compromisos con el electorado.
Así he llegado -previsiblemente- a 172 diputados de partidos distintos, es decir a cuatro de la mayoría absoluta.
Partido Popular, VOX, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria -a los que les reitero mi agradecimiento por su apoyo responsable, generoso y sin condiciones, manteniendo nuestras discrepancias, pero buscando algo importante, que es no faltar a la palabra.
Seguro que podemos acertar más y también que nos equivocaremos en el futuro -yo, el primero-, pero no hay un solo ciudadano que haya votado que pueda decir que hemos defraudado su confianza o que abusamos de ella.
Algunos diputados de esta Cámara me reprochan y me reprocharán que son los mismos apoyos con los que contaba hace dos meses.
Los diputados que me reprochan esto son precisamente los mismos que ya no pueden sostener lo que decían entonces. Lo que yo siempre mantengo todo este tiempo y lo haré siempre son los principios, los compromisos que doy y la palabra que tengo.
Les he ofrecido que todos ustedes pudiesen afirmar lo mismo y si, como parece, esta alternativa no fructifica, solo quedan ya dos salidas que no serán honrosas:
- La primera es el Gobierno de la mentira
- La segunda, una repetición electoral
La primera de ellas, el engaño clamoroso a los electores será la formación de un Gobierno que sí o sí se sustentará en la mentira porque, ante lo expuesto a los ciudadanos ya no hay vuelta atrás a un punto intermedio.
O han mentido los partidos independentistas de esta Cámara o ha mentido el PSOE. Me atrevo a adivinar cuál de los dos está más cerca de la posible mentira. De ahí, los insultos y los silencios.
Amnistía, ¿sí o no? Yo digo no. ¿Usted?
Referéndum, ¿sí o no? Yo digo no. ¿Usted, señor Sánchez?
Estas respuestas y preguntas van más allá de las que darían los once millones de votantes que apoyan mi candidatura y a los que aseguro que no les voy a a fallar.
Es lo que se comprometió también -como mínimo- desde el segundo partido de esta Cámara, desde el PSOE, que ni habría amnistía ni habría referéndum.
Por eso, señor Sánchez suba usted hoy, aquí y ahora, y hable claro, sin rodeos, sin comunicados a las 8 de la tarde, llenos de tantos eufemismos. Tenga el valor de decir lo que España va a tener que soportar si usted vuelve a ser presidente del Gobierno.
Señor Sánchez: tenga usted la valentía que no tuvo el martes y tome la palabra para que nuestro país sepa qué piensa de las exigencias claras y nítidas de los partidos independentistas de la Cámara.
España ya conoce la opinión de los partidos independentistas: no nos han engañado. Yo no quiero ser presidente del Gobierno a costa de la dignidad de mi país y de la igualdad de los españoles. Ahora toca conocer si usted quiere ser presidente del Gobierno a costa de la dignidad y de la igualdad de los españoles.
Señorías del PSOE, yo le pido a los diputados del PSOE que no sean tránsfugas. Que no sean tránsfugas de sus votantes. Que no sean tránsfugas de sus principios ni de la Transición Española: no lo sean, no merece la pena serlo.
No sean tránsfugas de una España donde los ciudadanos somos libres e iguales. Apelar a la coherencia y apelar a la conciencia no es apelar al transfuguismo sino a la integridad personal y política.
Les he ofrecido la posibilidad de que se abstuviesen sin tener que renunciar a ella. Le advierto que no vamos a admitir el cinismo de que nos pidan luego ustedes a nosotros lo que ustedes se niegan a hacer ahora con el partido más votado por los españoles. Otro paso más del cinismo, ya no.
Si es su voluntad seguir adelante en esta degradación moral y política será su responsabilidad o irresponsabilidad, pero solo la suya.
Y, por tanto, si la formación de un nuevo Gobierno ha de pasar por una -como mínimo- distorsión de los valores y principios constitucionales, obligando a España a tener el Gobierno de la mentira o del engaño, les advierto también que más decoroso será optar por la segunda de las posibilidades que quedarán abiertas después de la sesión de hoy.
Y vuelvo a reiterar: Amnistía, ¿sí o no? Referéndum, ¿sí o no?
No se pidió el consentimiento para esto. No lo pidieron, al contrario, se comprometieron en no hacerlo. Por tanto, como no se pidió, no hay consentimiento para hacerlo. Si quieren hacerlo, lógrenlo en las urnas con transparencia y honestidad, dejando a los españoles que decidan, con tranquilidad y transparencia.
De esta manera lo he intentado yo -manteniendo mis principios y mis compromisos y el de los partidos que me han apoyado- y asumo que previsiblemente no lo conseguiré.
Llámenlo fracaso si quieren, pero ya no hay posibilidad de triunfo para ningún candidato -aunque logre la Presidencia- porque no existe ningún éxito posible en el engaño o en la mentira.
Señorías, ante las imposiciones minoritarias, libertad. Ante los privilegios de una élite política, igualdad. Y, ante todo, la dignidad propia y la de todos los españoles.
Finalizo dirigiéndome a la ciudadanía de todos los pueblos de España y a toda la Nación española: hoy no podré con toda probabilidad darles un Gobierno, pero sí creo que hemos podido darles una seguridad y una esperanza. La seguridad de que hay una fuerza política, la más numerosa, que va a defender los mismos valores que la mayoría de los españoles comparten.
La seguridad y la esperanza de que, si ahora nos corresponde hacerlo desde la oposición, más pronto que tarde lo haremos un desde un Gobierno -éste sí- que será para todos los españoles, y con un presidente -este sí- que está exclusivamente al servicio de los españoles.
Nada más y muchas gracias.
Discurso de la segunda jornada del Debate de Investidura
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Feijóo a Sánchez: “No existe ningún éxito posible en el engaño o la mentira”