El presidente del PP acusa a Sánchez de comprometer la seguridad nacional al abrir a los independentistas las puertas de la Comisión de Secretos de Estado y aceptar sus vetos “tras una modificación aberrante” del reglamento del Congreso.
“Lo que estamos viendo estos días con la gestión del espionaje a través de Pegasus parece tener como único objetivo tranquilizar a sus socios independentistas antes que velar efectivamente por el interés general”.
“No hay coartada para semejante perversión del decoro democrático. El no a cualquier propuesta salida de la moderación se sustituye con el sí a cualquier pretensión de los radicales”, censura el líder del PP.
Alerta del “caos” y de la “incertidumbre” que genera que los socios de Sánchez quieran investigar al Gobierno, a su presidente, a la ministra Robles y a los servicios de Defensa del Estado.
Argumenta el rechazo del PP a la constitución de la comisión de investigación sobre el espionaje porque se pretendía “desvestir y desnudar” al Estado y justifica su respaldo a que comparezca Sánchez en el Congreso para que explique lo sucedido.
Asegura que un Gobierno que elude el debate da a entender que ha perdido la fuerza de los argumentos y reduce sus expectativas a sobrevivir
Contrapone la política basada en la gesticulación de Sánchez con el debate sereno por el que apuesta el PP.
Recuerda que con el Plan en defensa de las familias y la economía remitido a Moncloa no quería imponer la propuesta fiscal del PP, sino fijar con el Gobierno el camino para ayudar a las familias más necesitadas con bajadas de impuestos para combatir los efectos de la inflación.
Incide en que el PP no pretende imponer el destino de los fondos europeos, pero alerta que el reparto no está siendo ágil ni efectivo.
Considera que Sánchez tiene tal grado de dependencia de Podemos e independentismos que ni siquiera tiene licencia para debatir las ideas del PP, que es quien representa la alternativa del Gobierno en España.
Subraya que no se entiende que ante una propuesta económica trabajada y estudiada, en un documento completo y compartido en tiempo real, con mano tendida, la respuesta fuese nuevamente el “no es no”.
Manifiesta que para Sánchez es más sencillo gobernar a golpe de decreto ley, escuchar solo a los que no le critican o que tres ministros puedan creerse que la economía va muy bien, al ir a la manifestación del 1 de mayo: pero esa no es la realidad.
Considera que los datos de paro que se han conocido hoy son mejores que los del mes de marzo, pero advierte de que las cifras de desempleo en España son el doble de la UE y muestra su preocupación por que nuestro país no recuperará el PIB hasta 2023.
Asegura que es la primera vez, al menos en los últimos quince años, que un presidente ha gobernado España “sin ningún tipo de regla fiscal ni interés en la deuda y cómo colocarla, porque el BCE la ha comprado toda”. “Es muy peligroso gobernar sin reglas”, añade.
Avanza que, cuando el PP llegue al Gobierno, dirá a los españoles qué pasa en España y cuál es nuestra situación. “Si tenemos la oportunidad de gobernar, interpretaremos el mandato con un compromiso inicial: no mentir y clarificar la situación para, a continuación, mejorarla”.
Justifica su batalla de las ideas en la gestión llevada a cabo en Galicia, donde se ha logrado parar al nacionalismo excluyente, reducir la tasa de fracaso escolar y gestionar el presupuesto con rigor.
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