Álvarez de Toledo: "Ayer le dije a Batet que no podíamos permitir que se repita la sesión bochornosa y degradante de hace unos meses"

Tenemos que defendernos a nosotros mismos y a nuestras instituciones y poner en marcha los mecanismos que existen. Si no existen suficientes mecanismos, debemos reformarlos para proteger nuestra Cámara y nuestra democracia de quienes la atacan desde fuera y de quienes ahora la atacan desde dentro.

Sánchez es un integrista: el poder es su dios y se inclina ante él con fanatismo. Todo está supeditado a la permanencia suya en el poder y ‘todo’ significa España.

Con Sánchez, los golpistas son progresistas en España. El Gobierno de España está en manos de una persona encarcelada por sedición, por un ataque al Estado democrático español. Empezamos a considerar normal lo que es una anomalía profunda en la política española contemporánea.

Me encantaría que Sánchez dejara de ser lo que ha sido. Que encabezara un viraje absoluto y una rectificación total sobre sí mismo y la política de alianza del PSOE con separatistas, nacionalistas, golpistas y hasta filoterroristas. Pero no veo ningún indicio que me permita albergar alguna esperanza, más bien lo contrario.

Si nos abstuviéramos ¿cómo gobernaría Sánchez al minuto siguiente? ¿Con quién, para qué, qué haría con España? ¿Qué haría en Navarra, que haría en el País Vasco, qué haría en Cataluña? Haría una política de disolución constitucional.

Estamos en un momento de grave crisis política, en un momento de voluntad destructiva. Hay fuerzas políticas que quieren destruir este orden constitucional y son los principales aliados para la formación de un Gobierno.

La única opción de parar esto sería un gran gobierno de concentración constitucional, pero solo sería posible con un PSOE dispuesto a una política constitucional. Lamentablemente, ese PSOE no asoma por ninguna parte.

Unas terceras elecciones serían las quintas del señor Sánchez. No debería tener el derecho moral de volver a presentarse. Este hombre es un fracaso andante, no es capaz de entrar al Gobierno por la puerta grande de las urnas. Entró por la puerta de una moción de censura con golpistas.