El vicesecretario de Organización, Javier Maroto, remarca que el Partido Popular es un partido de Estado y que “cuando el presidente de un gobierno en funciones nos llama, “sea una reunión pública o privada, nuestra obligación es acudir,” y tratar de buscar puntos de encuentro y espacios de colaboración. Lamenta que la petición que trasladó ayer Casado a Sánchez para que evite la subida de impuestos “cayera en saco roto” y recuerda que el programa económico del PP aboga “por una rebaja fiscal y que todo el mundo pague menos”. “Él cree que cuanto más se apriete a todos, más se recauda. Sin embargo, subirle los impuestos a todo el mundo no es lo que la economía familiar e individual necesita”, apostilla.
Maroto sostiene que Sánchez “no quiere el respaldo del PP ni de Ciudadanos”, quiere “por la vía de los hechos” un Gobierno de izquierdas con la izquierda extrema y los independentistas. “Los hechos son contundentes y las pruebas evidentes de cuáles son sus verdaderas intenciones: sólo hace gestos de colaboración y connivencia con el partido de Pablo Iglesias y con los independentistas catalanes y vascos”, señala, y afirma que Pedro Sánchez habla con Podemos de un gobierno de cooperación “en el que quieren repartirse cargos de Gobierno”, que el PSOE ha unido sus votos en Badalona con los independentistas “para desplazar al PP”, y que, “por activa o por pasiva, está negociando pública o privadamente con los nacionalistas, incluido Bildu” en Navarra.
Recuerda “el hecho histórico sin precedentes” que se produjo cuando, por cuestiones de Estado, el PP tuvo que apoyar gobiernos del PSOE, en referencia al respaldo de su formación a Patxi López. “Nosotros no estamos haciendo solo discursos sino que tenemos en nuestro historial hechos que lo demuestran”, dice
Asegura que el “sentido común” permitirá facilitar en la Comunidad de Madrid un gobierno liderado por Isabel Díaz Ayuso, en coalición con Ciudadanos y que cuente con los apoyos suficientes para que pueda llevarse a cabo. “Esto es lo que acabará pasando, más allá de este baile de sillas que espero solo acabe en anécdota”, concluye.