La vicesecretaria de Sanidad y Educación del PP critica a la ministra de Sanidad por apostar por un modelo fracasado como el catalán que cuenta con una lista de espera de 138 días, casi 850.000 catalanes esperando a ser operados, donde faltan 1.600 médicos en atención primaria, es el modelo mixto donde más se invierte en sanidad privada, por debajo de la inversión media del PIB y el que menos paga a sus profesionales
Explica que García no ha entendido que ya es una ministra y que no se puede comportar como una activista que no puede decir cosas como las decía antes, sino que representa a todos. “El modelo de Madrid es un modelo de éxito y el de ella es un modelo de fracaso. Es evidente que García tiene un odio irrefrenable hacia Isabel Díaz Ayuso y el éxito que tienen sus políticas en Madrid”, afirma
Recuerda que en el único lugar donde el modelo de Mónica García se aplica y el ministerio tiene competencias totales de gestión, Melilla, “los profesionales llevan nueve meses en huelga, son los peor pagados y tienen las peores condiciones”, lamenta
Considera que el modelo de colaboración público-privado ha sido positivo en España y lamenta que para la ministra “por encima de los intereses de los ciudadanos está su ideología sectaria”. “Ahora mismo están sirviendo también de drenante en una sanidad que tenemos totalmente colapsada por la falta de médicos y especialistas
Exige a la ministra que dedique más tiempo a trabajar y menos a hacer anuncios “que duran menos que un caramelo en la puerta de un colegio”, en referencia a las palabras del secretario de Estado diciendo que es posible que el anuncio de legislación sobre la colaboración público-privada no se pueda aplicar
Califica como preocupantes algunos tics del presidente del Gobierno que entiende que la “única forma que tiene de gobernar es haciendo del odio a la división y al enfrentamiento virtud”. “Me preocupa que varios ministros y el presidente del Gobierno se abonen a esa teoría de sembrar odio y enfrentamiento para poder mantenerse en el poder”, lamenta para criticar las insidias de Teresa Ribera sobre el atentado del primer ministro eslovaco