Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Partido Popular quiere recordar que la historia de nuestra democracia es la historia de las mujeres españolas en su lucha por la igualdad y el reconocimiento propio.
A lo largo de las últimas décadas las mujeres han superado obstáculos y conseguido participar en la vida social, política y económica de nuestro país de una forma como nunca antes había sucedido. Su lucha de las últimas décadas ha roto muchas de las barreras seculares que colocaban a la mujer en un plano de inferioridad con respecto al hombre, una inferioridad basada en supuestos patriarcales que buscaban relegar a la mujer a un lugar subalterno, una inferioridad legal y social que mantenía a las mujeres en una situación similar a la de los menores de edad.
En este difícil recorrido hacia la igualdad efectiva entre hombre y mujeres adquiere una especial relevancia la visibilización de la violencia contra la mujer como un problema real que afecta a la sociedad en su conjunto, un problema que supone un atentado contra los derechos humanos de las mujeres y sus hijos.
Las mujeres, por el simple hecho de serlo, están expuestas a sufrir violencia en el seno de la propia familia, a ser acosadas sexualmente en espacios de especial relevancia para su desarrollo profesional como es el ámbito laboral, a ser violadas, a sufrir prácticas arcaicas como los matrimonios forzados o las mutilaciones genitales. Cualquier tipo de violencia ejercida sobre las mujeres supone no solo una violación de sus derechos también un obstáculo extremadamente grave en la consecución de una igualdad real y efectiva entre hombre y mujeres.
España ha sido una nación pionera en la lucha contra la violencia de género que ha buscado un tratamiento integral del problema mediante un trabajo normativo de carácter penal, procesal, asistencial, policial, civil, administrativo, educativo, laboral y sanitario, que busca no solo garantizar la seguridad y reparar el daño de las víctimas, también la consecución de un cambio en la conciencia de nuestra sociedad como ese elemento imprescindible y necesario en la lucha contra este tipo de violencia haciéndola visible y propiciando el fin de los silencios cómplices.
En este sentido, adquieren especial relevancia las diferentes reformas del Código Penal, la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género de 2004 o la ratificación en 2014 del Convenio de Estambul, este último como instrumento vinculante en el ámbito europeo en materia de violencia contra la mujer. Pero sin duda resulta especialmente relevante el acuerdo político alcanzado que ha posibilitado la viabilidad de un Pacto de Estado contra la Violencia de Género, aprobado en septiembre de este año y que constituía uno de los principales compromisos del Partido Popular para esta legislatura. El Pacto ha recibido el apoyo de los principales grupos políticos del Congreso y supone un hito histórico en la lucha contra la violencia de género al constituirse como un plan integral articulado en más de doscientas medidas orientadas principalmente a la protección de las víctimas y a sus hijos así como a la concienciación del problema en ámbitos como el educativo.
Pero además del Pacto de Estado y de las reformas legislativas, corresponde a la sociedad en su conjunto la toma de conciencia de la gravedad y profundidad del problema, la interiorización de su existencia y su correspondiente visibilización. Por todo esto, el Partido Popular como parte integrante y activa de la sociedad española, manifiesta:
1.- Su firme voluntad de apoyar a las mujeres víctimas y a sus hijos en la consecución de sus derechos como personas libres de violencia. Sin ausencia de violencia no es posible el desarrollo vital, social, económico y profesional de las mujeres españolas.
2.- Apoyar todas las medidas legislativas y sociales encaminadas a la solución del problema adhiriéndonos a lo establecido en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
3.- Recordar a las víctimas y a sus familias, que también son víctimas de esa violencia, transmitiéndoles nuestro apoyo y cercanía. Que no se sientan solas es una tarea de todos.
4.- Instar al conjunto de la sociedad para que no mire hacia otro lado, para que tome conciencia de que es un problema no puede ser minusvalorado, para que aceptemos que no se trata de un “asunto privado”, para que interioricemos que la violencia contra la mujer nos atañe a todos.
5.- Solicitar a los poderes públicos de cualquier ámbito territorial que no cejen en la consecución de ese objetivo final por el que todos debemos luchar, el de una sociedad en plena igualdad y libre de la violencia por razón de género.