Señora Calvo. Hace una semana, en lugar de contestarme, se dirigió usted al líder de la Oposición y, casi a gritos, le espetó: ‘¿En qué anda usted, señor Casado? ¿En qué anda contra el Gobierno? ¿En qué anda? ¿En qué anda? ¡Cuénteselo a los españoles!’
Es decir, usted se sumó a sus colegas vertiendo tóxicas insinuaciones sobre la implicación del Partido Popular en una presunta conspiración para derrocar al Gobierno.
Sus palabras están en el diario de sesiones. En la historia, no siempre ejemplar, del parlamentarismo español. Y eso a usted le emplaza desde el punto de vista moral y político.
Señora Calvo. O usted se atreve a afirmar que el Partido Popular está implicado en un golpe de Estado y, ojo, lo demuestra. O usted admite, con lógico rubor en la cara, la verdad.
Diga ante esta Cámara: ‘No, ese fantasmagórico golpe de Estado es un maligno bulo cuyo único propósito es camuflar la responsabilidad del Gobierno en la muerte de miles y miles de españoles’.
Un compromiso que ustedes incumplen cada día de sus vidas y hoy mismo lo ha hecho usted aquí. Hoy tiene que contestarme.
Usted ha insinuado que el Partido Popular apoya un golpe de Estado. ¡Un golpe de Estado! ¿Usted es consciente de lo que ha dicho? Las palabras pesan. Tienen un valor. Son la fibra de la democracia. Y usted las desprecia.
Yo le voy a decir a usted tres cosas.
Uno. Usted es partícipe de una vulgar operación de camuflaje, fruto de una
desesperación terminal. Para tapar su letal gestión del virus -hoy en los tribunales- , ustedes están diseminando otro virus: la mentira de una España condenada al guerracivilismo y la involución.
Dos. Su bulo ha alcanzado tales proporciones que la Ministra de Defensa ha tenido que ratificar el compromiso de las Fuerzas Armadas y de Seguridad con la Constitución. No cabe mayor ofensa a la dignidad de los militares y agentes, y a la inteligencia general de los españoles. Aunque, en realidad, es verdad que con sus insidias más que degradarnos a los demás se degradan a sí mismos.
Y tres. En una semana, ustedes han apartado al leal Pérez de los Cobos y han auxiliado al desleal Trapero. Lo primero, mediante una decisión ilegal del todavía ministro Marlaska, que no se qué hace en su escaño aún. Y lo segundo, mediante un uso inmoral de la Fiscalía.
Por tanto, señora Calvo: la pregunta no es en qué andamos nosotros, sino en qué andan ustedes. Yo se lo voy a decir sin insinuaciones y con el aval de los hechos.
Ustedes andan en lo mismo que hizo presidente al señor Sánchez. Y con los mismos. Ustedes andan legitimando y consintiendo a los golpistas, ellos sí, mientras ultrajan a los demócratas. En eso andan y de eso cojean.
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