Titulares de sus declaraciones
Desde hace tiempo uno de los pilares fundamentales del Estado de derecho, la Justicia, sufre en esta Comunidad las consecuencias de la deslealtad de la Generalidad, mediante campañas de hostigamiento nacionalista a Jueces y Fiscales o sin responder a la falta de medios materiales y humanos que vive el Poder Judicial.
Pero lo más insólito no es la deslealtad institucional de la Generalidad, es la actitud de un PSOE que ha decidido sumarse a la campaña de erosión del Poder Judicial y del Estado de derecho en Cataluña.
Los socialistas están tratando de fraguar un gobierno de sedición con condenados por los delitos más graves que se pueden perpetrar contra un sistema democrático.
Se da la cruda y brutal paradoja de que los líderes del proceso separatista fueron penalmente condenados y ahora son políticamente amnistiados por el señor Sánchez para intentar mantenerse en el poder.
La situación es de la máxima gravedad: Sánchez está colocando en manos de un delincuente, el señor Junqueras, las llaves del Gobierno de España.
Solo hay que ver las cesiones concretas que el Gobierno en funciones ya ha empezado a poner sobre la mesa en su campaña de disolución del Estado Constitucional.
En primer lugar, ha asumido el lenguaje de los sediciosos al decir que existe un conflicto político que deberá resolverse por vías políticas de negociación. Esto es, con más cesiones del Estado. En segundo lugar, afirman que ERC es la otra izquierda histórica para blanquear a un partido cuyo principal líder ha sido condenado por sedición y malversación. Y en tercer lugar, nos hablan de la plurinacionalidad, que no es otra cosa que la derrota del orden constitucional de la nación española.
Me preocupa enormemente que la Justicia sea la moneda de cambio en la negociación entre el PSOE y ERC. Su plan para resolver lo que llaman "conflicto político" es volver al estatuto del año 2006 previo a su revisión por parte del TC. Hacerlo significaría la pulverización del Poder Judicial y otorgar la concesión máxima al separatismo: el sometimiento de la Justicia a los dictados personales, caudillistas y totalitarios de los sediciosos.
El concepto de progresismo en España se ha desvirtuado. Parece que cuanto más cerca de los filoterroristas y los sediciosos estás, más progresista eres.
Se está produciendo una negociación en tres frentes de ataque al orden constitucional: con las fuerzas más reaccionarias y radicales de Cataluña; en el País Vasco, donde el PNV y Podemos pretenden promover un nuevo estatuto vasco que liquidaría la igualdad de los españoles ante la ley, la libertad y el orden democrático; y en Navarra, donde la señora Chivite se ha sentado a negociar con Batasuna los presupuestos de la Comunidad.
Este PSOE no tiene el más mínimo escrúpulo moral ni la más mínima memoria y respeto a sus víctimas. Sánchez se ha convertido en el principal factor de disolución del orden constitucional en España.
No va a haber una abstención del PP para que el señor Sánchez pueda gobernar con ERC, Batasuna, JxCAT y compañía. No sería una abstención patriótica sino masoquista y nefasta para los intereses de España.
Estamos en un momento muy grave. Ni por diez notarios sería aceptable un papel firmado con el señor Sánchez porque al día siguiente lo rompería, como ha demostrado siempre.
Nosotros vamos a seguir trabajando en el fortalecimiento del Estado y en la movilización constitucionalista en Cataluña. Vamos a garantizar que desde la política se refuerce lo que los jueces ya han hecho, que es defender el Estado. Que España se tome en serio a sí misma a través de un gran impulso del constitucionalismo.
¿Qué se puede esperar de Zapatero, el portavoz oficioso del dictador Maduro? Es parte de la degradación general que un expresidente del Gobierno español reivindique a Otegui como interlocutor legítimo para formar gobierno a costa del orden constitucional.