Os dejamos la declaración que ha realizado el presidente del Gobierno a lo medios este mediodía
“Gracias por su asistencia a esta convocatoria. Voy a hacer unas consideraciones en relación con las elecciones autonómicas que se han celebrado, como todos ustedes conocen muy bien, en el día de ayer en Cataluña.
En primer lugar quiero resaltar que estas elecciones se han celebrado, como debe ser, dentro de la ley una vez reinstaurado el principio de legalidad y con todas las garantías electorales precisas, pudiendo participar en las mismas todos los partidos políticos. Quiero resaltar que la jornada de ayer se desarrolló con normalidad y con tranquilidad y que todos los ciudadanos pudieron ejercer con naturalidad el derecho democrático al voto. Asimismo las mesas electorales se constituyeron sin incidentes dignos de mención, que tampoco los hubo a lo largo de toda la jornada. Los interventores y apoderados de todos los partidos pudieron ejercer las funciones que les asigna la ley, tanto en lo que respecta a su función de velar por el limpio ejercicio del sufragio, como en el control sobre el recuento electoral.
La alta participación, que ustedes conocen y que se ha producido en estas elecciones, es reflejo de la respuesta cívica de los ciudadanos de Cataluña ante la situación política existente y los retos de futuro que Cataluña tiene planteados.
En cuanto a los resultados electorales, son conocidos. No voy a repetírselos a ustedes, pero si quiero felicitar –ya lo hice personalmente esta mañana- a Inés Arrimadas y a su partido –hablé también con su presidente- que han ganado las elecciones tanto en número de escaños como de votos. Lo negativo de estos resultados desde mi punto de vista es que los que queríamos el cambio no hemos conseguido los escaños suficientes para llevarlos a buen término. En cualquier caso conviene recordar los independentistas han ido perdiendo apoyos, menos de los que nos gustaría, pero siguen perdiendo apoyos. En el año 2010, en las elecciones autonómicas de Cataluña tuvieron 76 diputados; en el año 2012, 74; en el año 2015, 72 y ayer, año 2017, 70. Lo mismo ocurre en cuanto al porcentaje de votos. En el año 2010 era el 48,76 y en el año 2017 el 47,49.
Lo que también dejan claros los resultados del día de ayer es que nadie puede hablar en nombre de Cataluña si no contempla a toda Cataluña. Lo que resulta evidente tras las votaciones es que Cataluña no es monolítica. Cataluña es plural y todos debemos cultivar esa pluralidad como una virtud y como una riqueza. De estas elecciones emerge una Cataluña plural y todos debemos respetarla y cuidarla.
También es evidente que la fractura que la radicalidad ha generado en la sociedad catalana es muy grande. Es una fractura que llevará tiempo recomponer y eso debería ser la primera obligación de todos los actores políticos. La necesaria reconciliación debe venir de la mano de la ley y del respeto a los derechos de todos. Las mayorías y las minorías.
Corresponde ahora a los partidos políticos catalanes ofrecer las soluciones de gobernabilidad que exige la sociedad catalana, y sea cual sea la solución que consiga el apoyo mayoritario de la Cámara, el Gobierno resultante estará, como todos los gobiernos, todos, los que hay en España, los que hay en Europa, sometidos al imperio de la ley. Porque además sin respeto a las leyes y sin un gobierno responsable en Cataluña que las respete, no será posible generar seguridad y certidumbre y, en consecuencia, no se producirá la vuelta de las empresas que se han ido, la recuperación de las inversiones, que cesen las caídas de ventas de las empresas grandes, medianas y pequeñas, que se recupere el turismo y que continúe el crecimiento económico fuerte y la creación de empleo.
Y termino ya. Unas elecciones siempre suponen un nuevo comienzo en democracia, la oportunidad de abrir una nueva etapa. Yo confío en que en Cataluña se abra a partir de ahora una etapa basada en el diálogo y no en el enfrentamiento, en la cooperación y no en la imposición, en la pluralidad y no en la unilateralidad.
El Gobierno de España quiere ofrecer toda su colaboración y toda su mejor voluntad de diálogo constructivo, abierto y realista, siempre dentro de la ley, al Gobierno que se constituya en Cataluña para resolver los problemas de los catalanes y para generar un marco de certidumbre y de seguridad que es absolutamente imprescindible, como he dicho antes, para seguir creciendo, para seguir creando empleo y para que en suma, mejore el bienestar y la riqueza de las personas que, al fin y a la postre, debe ser el objetivo de cualquier Gobierno que se precie".