Por su parte, Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, cumplirá este domingo 19 de Febrero dos años de arresto domiciliario, de los 16 a que fue condenado.
Lamentablemente, los casos de López y Ledesma no son excepciones. Cuando López fue encarcelado, el número de presos políticos en Venezuela no llegaba a la docena. Hoy abarrotan las cárceles del país más de un centenar de opositores al régimen liderado por Maduro, algunos de ellos con nacionalidad española y de otros países de la UE.
Además, siguen sucediéndose apresamientos y encarcelamientos ilegales de periodistas, activistas pro-Derechos Humanos y de ciudadanos que se alzan en contra de la insostenible situación propiciada y mantenida por el gobierno.
Los intentos de abrir un diálogo que desbloquee la asfixia democrática del país y la falta de libertades han sido inútiles. El gobierno ha boicoteado cualquier comienzo de diálogo con la oposición, incluido el último intento propuesto por la Santa Sede.
A la falta de respeto a los derechos humanos y a las libertades se une el férreo control que el gobierno ejerce sobre el poder judicial y las enormes trabas que impone al normal funcionamiento de las instituciones democráticas, todo ello con el objetivo final de construir un orden político que le perpetúe en el poder ante una crisis política, económica, social y humanitaria sin precedentes en América Latina y ante la evidente falta del apoyo popular.
Por todo ello, consideramos que es urgente que Venezuela recupere la normalidad democrática. Y para ello un primer paso necesario es la inmediata liberación de Leopoldo López, de Antonio Ledezma, y de todos los presos encarcelados en Venezuela por motivos políticos y de conciencia. Por tanto, pedimos a la UE y a la comunidad internacional que siga apoyando esta causa justa.