Mariano Rajoy obtuvo el pasado domingo un notable triunfo en Galicia que le asienta como el líder de la oposición y jefe de la alternativa de gobierno | "Se impone la línea de Valencia: el PP es un partido abierto, que no va contra nadie" | "Nunca me sentí criticado por el señor Aznar, que el domingo me felicitó"
Quienes le creían políticamente muerto han tenido que callar. Algunos que en Madrid no cesaban de conspirar, en su contra, ahora le elogian, cuando no le adulan. Mariano Rajoy Brey (Santiago de Compostela, 1955) obtuvo el pasado domingo un notable triunfo en Galicia que le asienta como líder de la oposición y jefe de la alternativa de gobierno. Rajoy recibió el pasado jueves a La Vanguardia en su despacho de la calle Génova de Madrid. Es la primera entrevista que concede después del fatídico idus de marzo. Y su augurio es el siguiente: "Ha comenzado el ciclo del cambio político en España".
Pregunta: Si esa es su lectura de las votaciones del 1 de marzo, ¿quién se examinaba el pasado domingo, el Gobierno o la oposición, la política o la sociedad?
Respuesta: Insisto, ha comenzado el ciclo de cambio político en España. El viento del cambio ya sopla.
P: En Galicia y País Vasco han perdido los respectivos gobiernos. ¿La crisis se llevará por delante a todos lo que mandan?
R: Dos cosas son evidentes. Hay mucha gente que se siente engañada o, al menos, frustrada por el señor Rodríguez Zapatero. Yel Partido Popular, a pesar de los problemas, ha acreditado ser la alternativa, conforme a la línea acordada en el congreso de Valencia.
P: Una línea que parece basarse en dos ideas o principios operativos: no excitar a la sociedad más de la cuenta y esperar a que el vendaval de la crisis se lleve por delante a Zapatero.
R: Un solo factor nunca se lleva por delante a nadie. La crisis erosiona, pero aún desgasta más la incapacidad del Gobierno para afrontarla. La imagen del señor Solbes no es la de alguien capaz de gestionar la crisis. Solbes quiere irse y no lo esconde. La economía española pide un liderazgo fuerte, ideas claras, objetivos, y un camino para salir adelante.
P: ¿La victoria del PP en Galicia y el digno resultado vasco indican que se está reduciendo el grado de rechazo al PP entre quienes no le suelen votar?
R: Ese rechazo está bajando, así lo confirman todos los estudios sociológicos. El PP no tiene que cambiar sus principios, pero debe convencer a más gente de que sus ideas son adecuadas para el país. Somos un partido al que vota un presidente de banco y su conserje; una persona de 18 años y una de 85; un catalán y uno de Pontevedra. Debemos tener un comportamiento sensato, acordar lo que es razonable, y ejercer la oposición de manera dura en los asuntos que el Gobierno lleve mal. Tenemos que convencer de que no vamos contra nadie.
P: ¿Quien necesitaba más el triunfo en Galicia, el PP o Mariano Rajoy?
R: La victoria le viene bien a Galicia, al PP y a mí, por ese orden, pero aunque no se hubiera producido ese éxito, yo tenía un mandato del congreso de Valencia de tres años. Y si quienes me apoyaban lo seguían haciendo, pensaba continuar.
P: El triunfo en Galicia es inapelable, pero los críticos aún siguen dando señales de vida en su partido. ¿Piensa tener algún gesto con ellos?
R: Todo el mundo sabe que las puertas de mi despacho están siempre abiertas. Puedo entenderme con todos, pero el partido ha fijado una política, y sobre esa base hay que trabajar.
P: Aznar le criticó por no salir a ganar con fuerza. ¿Después del 1-M, qué tiene que decir?
R: Nunca me ha sentido criticado por el señor Aznar. Me llamó el domingo para felicitarme, cosa que le agradecí.
P: ¿El éxito de Galicia se basa en la recuperación de antiguos votantes o hay nuevos avances?
R: Con la participación más alta de la historia de Galicia en unas elec ciones autonómicas, el PP ganapor 17 puntos. Y aunque para mítodos los votos son iguales, debosubrayar que hemos obtenido ungran resultado en las ciudades. Hay otro dato que me anima: nosha votado muchísima gente joven. Hay mucha gente que dejóde votarnosyha vuelto ahacerlo.Y otra que se ha incorporado.
P: ¿Y en el País Vasco?
R: Para la lucha antiterrorista esmuy importante que ETA no estéen las instituciones, batalla que elPP ha dado, a veces con la incomprensiónde muchos. El PNV siguesiendo el primer partido, pero,por primera vez, puede ir a laoposición. El voto al PP vasco tiene mucho mérito. El PSOE ha tenidoun buen resultado, pero elGobierno de España es socialista. El voto útil han jugado a su favor.El PP vasco ha tenido sus dificultadesinternas, y la campaña hasido condicionada de manera evidentepor el juez Garzón. Mis compañeros del País Vasco han tenido un enorme mérito.
P: El presidente del PNV habla de "golpe institucional" y recuerda que PSE y PP no tienen la mayoría social en Euskadi. ¿Teme una reacción social adversa si PatxiLópez es lehendakari con apoyo de los populares?
R: Estoy convencido que no pasará nada; lo contrario sería un drama.La esencia de la democraciaes la alternancia, y si el PNV deja de gobernar, no pasa nada. También dejó de gobernar la diputación foral de Álava y la vida continuó. Por cierto, en las últimas elecciones locales el PP ganó en Álava y el PNV preside la junta foral siendo la tercera fuerza. El PP, con 37 escaños, no gobernó Galicia; en Baleares nos faltó uno. CiU ganó en Catalunya y no gobierna. Son las reglas.
P: Usted propuso hace un tiempo que gobernase siempre la lista más votada.
R: Sí, en los ayuntamientos. El sistema electoral del País Vasco se ha decidido en el País Vasco. Hay que respetar las normas vigentes.
P: ¿Es incondicional el voto a la investidura de Patxi López?
R: No, no es incondicional. Queremos un cambio de política. Defensa de la Constitución, defensa del Estatuto de Gernica, defensa de que el País Vasco es España, defensa de la actual política anti terrorista, defensa de la libertad de educación, porque es disparatado obligar a todos a estudiar en euskera, y defensa de un gobierno vasco que tenga como prioridad la crisis económica. Nuestra actitud es facilitar el cambio.
P: ¿Cree que el PSE defiende esos mismos principios?
R: En 1996, cuando llegamos al Gobierno de España, pactamos con CiU, con Coalición Canaria y conel PNV. Y firmamos tres documentos. Aznar no fue a pedir la investidura con el programa del PP, sino incorporando propuestas de las otras fuerzas. Con ello dio seguridad y certidumbre.
P: ¿Pretende un acuerdo de gobierno con el socialismo vasco?
R: No, no hemos empezado a hablar. Lo que quiero es claridad en los temas fundamentales Aznar tuvo que apoyarse en CiU y PNV.
P: ¿No le puede perjudicarpara sus aspiraciones de futuro, empujar ahora al PNV a la oposición?
R: Si el viento delcambio sopla, les puede necesitar en un futuro próximo. No podemos tomar decisiones basadas en cálculos de ese tipo. Debemos pensar en el País Vasco. Un cambio de gobierno, después de 28 años, supone aire fresco.
P: ¿Ha pasado pasado página de la etapa de María San Gil?
R: María San Gil abandonó voluntariamente la política, y nosotros miramos al futuro. Estamos abiertos a todos los que quieran colaborar lealmente con nosotros. María es una gran referencia y le tenemos afecto, pero tenemos que pensar en el futuro. No tenemos un partido de masas en el País Vasco, pero tenemos gente muy capaz. Es un partido muy joven que tiene un enorme futuro por delante.
P: ¿Cómo interpreta los resultadosdel pequeño partido de laseñora Rosa Díez?
R: En Galicia no ha conseguido escaño, y en el País Vasco, uno. Los votantes han valorado que el PP es el mejor vehículo para defender sus ideas y principios.
P: ¿Ha dejado de ser Rosa Díez una preocupación para las elecciones europeas, especialmente en la región de Madrid?
R: Todos los adversarios políticos nos preocupan. El de Rosa Díez es un partido de izquierdas con votos de personas de derechas.
P: ¿A la vista de los resultados del 1 de marzo, cree que Jaime Mayor Oreja sigue siendo la apuesta más adecuada para el PP centrado?
R: Sí, por eso lo he puesto. Tiene una trayectoria indiscutible y estos años ha hecho un trabajo espléndido en Europa. Tengo mucho respeto por Jaime Mayor.
P: En las elecciones legislativas de hace un año, el PSOE y el Partido Popular sumaron más votos que nunca. En Galicia, el mayor retroceso corresponde a hora al Bloque Nacionalista Galego, y en el País Vasco ha dejado de existir una mayoría parlamentaria nacionalista y soberanista. ¿Puede deducirse de estos datos que estamos ante una fase de retroceso o contracción de los nacionalismos periféricos en España?
R: Estamos ante un retroceso de la radicalidad. La gente, piense como piense, quiere sensatez, moderación, equilibrio y un gobierno preocupado de sus problemas, no quiere cambios institucionales que generen incertidumbre. La gente quiere a su tierra, pero también eficacia, y para ser eficaz hay que tener estabilidad institucional. El Estado de las autonomías está, en lo sustancial, hecho,ahora hay que ser eficaces. La gente castigará a quien planteecaminos a ninguna parte.
P: ¿Por ese motivo han tenido escaso eco en las urnas los recientes casos de corrupción?
R: Se quiso transmitir la sensación de que el PP éramos una pandilla de... No digo que en el PP no haya alguna persona -como en el PSOE, CiU o IU- que haga lo que no debe. Contra ella hay que actuar con contundencia, pero no se puede ser inquisidor. En función de lo que hemos visto estas semanas, una reflexión se impone: ¿debemos tolerar que queden señaladas como corruptas personas que al final no son acusadas de nada? Habría que hacer una reflexión sobre cómo funciona nuestro sistema procesal. La gente es inocente mientras no se demuestre lo contrario.
P: ¿Sugiere alguna reforma enel procedimiento penal?
R: Hay que estudiarlo. No es justo que nombres de determinadas personas circulen durante unmes en los diarios y en ese tiempo no sepan de qué se les acusa. En su partido, los imputados han sido suspendidos de militancia. Aunque no en todos los casos.
P: ¿Está siguiendo el PP una norma igual para todos los afiliados susceptibles de ser acusados de delito?
R: No hay una regla general. Hay casos en los que tienes datos o la convicción moral de que no sehan hecho las cosas bien, y otros en los que no lo tienes nada claro. También hay personas que voluntariamente dejan su responsabilidad para defenderse mejor, pero es imposible adoptar un criterio que valga para todos, porque todos los supuestos son diferentes. La corrupción hay que combatirla,pero la gente tiene la presunción de inocencia siempre.
P: La dirección del PP ha mostrado su apoyo al presidente valenciano Francisco Camps. ¿Considera políticamente ético recibir trajes como regalo, seao no sea delito?
R: Lo ético es demostrar las acusaciones,y todos conocemos la trayectoria del juez instructor. Por el contrario, la trayectoria pública de Francisco Camps es ejemplar en los numerosos cargos que ha desempeñado. Ustedes me preguntan si es ético aceptar regalos, pero a Camps no se le ha acusado de eso, sino de aceptar sobornos, y eso es intolerable.
P: Otro caso abierto es el de los espías de Madrid. ¿Mantendrá la actitud de exigencia hacia Esperanza Aguirre?
R: Mantengo la actitud de exigencia ante cualquier militante del partido, pero condenar sin pruebas eslo contrario de la justicia.
P: Pasemos a la situación económica. Hace unos días, usted aplaudió el discurso económico de Barack Obama. ¿Aplaude el déficit público de Obama y critica el de Zapatero?
R: Obama ha dicho cosas que me parecen muy bien. Ha dicho la verdad, y es lo que no se hace en España. Obama anuncia un recorte fiscal y un proceso de reformas. Naturalmente tendrán un déficit público grande, pero destinado a un gran plan anticrisis y no al gasto corriente. La política del presidente de Estados Unidos nada tiene que ver con la errática gestión de Rodríguez Zapatero.
P: Hace unos meses, el PP se movió entre el rechazo a un presupuesto calificado de ficticio y la oferta de pacto. En el actual escenario, político y económico, ¿cabe algún acuerdo del PP con el Gobierno?
R: Nosotros apoyamos las medidas en favor del sector financiero, lo que nos costó no pocas críticas, pero apoyar el presupuesto era un disparate, la prueba de ello es que 15 días después de aprobarlo cambiaron todas las previsiones macroeconómicas. Apoyarlo hubiera sido una irresponsabilidad. Yo siempre estoy dispuesto al diálogo, lo que no pienso hacer es convertirme en cómplice de una política económica disparatada como la que se está haciendo. Este equipo económico no es creíble y no va a recuperar su credibilidad. Lo sabe todo el mundo, probablemente hasta el presidente del Gobierno.
P: ¿Con otro equipo económico podría haber margen de acuerdo o concertación?
R: Hoy no veo margen para el acuerdo. Puedo apoyar medidas muy concretas, pero la sensación que transmite el actual equipo económico es de un gran desbarajuste. Las continuas declaraciones escapistas del señor Solbes no son de recibo. Con él, no hay margen.
P: ¿Está de acuerdo en supeditar la política económica al pacto patronal-sindicatos?
R: La paz social es un valor en sí misma, pero que no se pongan de acuerdo empresarios y sindicatos no es excusa para no hacer nada. ¿Para qué tenemos un Gobierno entonces? El PP acordó una reforma laboral con empresarios y sindicatos, y eso se consigue trabajando, hay que hablar, tener ideas claras, capacidad para convencer. Ver que el que tiene que pilotar hace las cosas bien hace mucho, anima a todos; ver dejadez desmoraliza.
P: ¿Siguen rotas sus relaciones con el presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Antonio María Rouco Varela?
R: Nuestras relaciones son correctas, como tienen que ser, tampoco hablo todos los días con él. Yo soy católico y lo único que pretendo es que no se creen problemas donde no tiene que haberlos. Tengo unas buenas relaciones con la Iglesia, lo cual no quiere decir que yo vaya a dictar lo que tiene que hacer la Conferencia Episcopal, ni que la Conferencia Episcopal tenga que decir cuál ha de ser la política del Partido Popular.
P: La emisora Cope, propiedad del episcopado, mantiene una tensa campaña contra usted desde hace meses. Una campaña que no ha aflojado tras la victoria del PP en Galicia.
R: Sobre ese asunto prefiero no decir nada, pero no me importa que se diga que prefiero no decir nada.
P: Catalunya sigue siendo la gran asignatura pendiente del PP.
R: Catalunya es muy importante, por múltiples razones - por su PIB, porque tiene siete millones de habitantes, por su tradición, por su historia y por su cultura-.Es una comunidad muy importante, en la que no obtenemos el apoyo social que logramos en otras autonomías. Voy a seguir haciendo un esfuerzo. Quiero que a los catalanes las cosas les vayan bien. Nada me gustaría más que Catalunya no estuviera ante la situación dramática que está atravesando su economía.
P: ¿Y qué piensa hacer?
R: Probablemente tengamos que ser mejores al explicar quiénes somos. Y probablemente debemos ser más sensibles. Cuando el PP estaba en el Gobierno de España fui muchas veces a Catalunya y siempre me sentí muy bien tratado. Después también ha sido así. Es verdad que hay cosas en las que hemos discrepado con mucha gente en Catalunya, como el Estatut, pero yo no tengo otro interés que el de que a Catalunya le vaya muy bien.
P: La sentencia sobre el Estatut pende sobre la política española.
R: Yo voy a respetar lo que diga el Tribunal Constitucional. Si dice que el Estatut se adecua a la Constitución, por supuesto lo voy a acatar. Lo que me gustaría es que resolviera ya, un asunto como este no puede estar pendiente sine die.
P: Hay otro asunto pendiente, que adquiere más complejidad con el nuevo gobierno de Galicia: la financiación autonómica.
R: Cuando engañas a todo el mundo te acaban pillando, y eso es lo que le ha ocurrido al señor presidente del Gobierno. Pero hay un problema. Me gustaría que hubiera un acuerdo y que todo el mundo quedara satisfecho, pero me preocupa que el aumento de gasto público de las autonomías se financie con deuda pública y no con recursos ordinarios. Vamos a ver cómo se resuelven las cosas, pero esta es la historia de otra gran frustración para Catalunya. No es el mejor momento, pero me gustaría que al menos hubiera transparencia, claridad y que se garantizase la igualdad de todos los españoles.
P: En los próximos meses, el Gobierno puede tener serias dificultades en el Congreso. Puede que no haya mayoría. Desde el PSOE ya se están lanzando mensajes de amor a CiU. ¿Cortejará usted también a CiU?
R: En esta legislatura se ha producido un cambio muy importante. Hace cuatro años, el Gobierno socialista tuvo el apoyo de todo el mundo, salvo el PP. Y ninguna iniciativa del PP salió adelante. En esta, el PP ha pactado muchas cosas que son buenas para España, con todo tipo de partidos, nacionalistas o no nacionalistas. Y el Gobierno ha tenido, en mi opinión por su inoperancia, muchísimas dificultades.
P: Por tanto, ¿intentará una aproximación a CiU?
R: Una de las cosas que aprobamos en Valencia es que estamos para construir, defendiendo nuestros principios, ideas y valores. En muchas cosas yo puedo coincidir con CiU o con otros, y de hecho hemos coincidido. Por ejemplo, en el debate de los presupuestos. A partir de ese principio, siempre se puede construir. Cuando dos deciden construir algo juntos, no se fijan en lo que les separa, sino en lo que les une. Esa es la clave. Los puentes no están rotos.