La mayor parte de la intervención del jefe de los senadores populares se centró en la crisis económica, que García-Escudero definió como "la más severa de nuestra historia reciente", como demuestran los ya más de cuatro millones de españoles que en estos momentos se encuentran en el paro, o los muchos miles de autónomos y pequeños empresarios que ya han tenido que cerrar o ven peligrar su actividad.
Según el portavoz popular, "esa es hoy la mayor paradoja: que jamás hubo una crisis tan presente y jamás un Gobierno tan ausente a la hora de afrontarla. Un Gobierno que ni sabe ni puede. Un Gobierno que no adopta medidas, sino sólo poses para salir bien en los telediarios. No es de extrañar que Zapatero haya decidido dejar de publicar el BOE en papel: como no llevaba fotos, no le interesaba".
Para García-Escudero, las excusas dadas para la remodelación del Gobierno, el famoso "cambio de ritmo", no es sino un reconocimiento de que el PP tenía razón cuando decía que Zapatero estaba inmóvil, "o, todo lo más, al ralentí, pero eso sí, gastando mucho". "Y ahora -continuó- llega el "cambio de ritmo" que, por lo visto, consiste en revolver otra vez los ministerios y en crearle al señor Chaves una vicepresidencia de retiro, porque en Andalucía ya soplan vientos de cambio y se ha constipado".
El portavoz del PP lamentó que, hoy por hoy, la máxima aspiración de Zapatero sea la de incrementar el déficit público mientras espera, como Nerón ante el incendio de Roma, que la crisis se extinga por sí sola. "Y, entre tanto, a tocar la lira por las altas cumbres internacionales, asombrando al mundo en su papel de refundador del capitalismo internacional y mediador entre todas las civilizaciones de la galaxia. Por lo que se ve, España cuenta con un presidente del Gobierno que sólo está para altos cometidos".
En este contexto, García-Escudero apostó por las políticas y propuestas del Partido Popular, que demostró en su día cómo se puede sacar a España de una crisis, y propuso que la demostración de su carácter de alternativa se convierta "en el eje de nuestra labor parlamentaria en el Congreso y en el Senado".
El dirigente popular se refirió también a la recién estrenada soledad parlamentaria de Zapatero, que aseguró que se ha cimentado en sus continuos incumplimientos y contradicciones, "que han terminado por colocarle en una situación de extrema debilidad porque hoy de Zapatero ya no se fía casi nadie". Una situación que, dijo, es especialmente evidente en el Senado, "donde, desde hace tiempo, parece que casi ni es noticia que el Gobierno o el Grupo Socialista salgan derrotados en una votación".
Así, recordó como en la Cámara Alta los socialistas se han quedado solos cuando ha tocado refrendar el límite de gasto presupuestario o los propios Presupuestos Generales del Estado en vigor. "En ambos casos fueron vetados por una mayoría formada por el Grupo Popular junto con otros grupos parlamentarios de la Cámara".
Veto al debate
Y denunció como el "talante socialista", en el Senado, como en el Congreso, se ha traducido en el veto a todas aquellas proposiciones de ley con medidas económicas y sociales que no sean de su gusto, ante el temor de perder la votación, que ni siquiera se han podido debatir, con una excusa legal que ningún Gobierno había invocado en 30 años de democracia. "Ese es el modo que tiene Zapatero de entender el parlamentarismo: amordazar a quienes no quiere escuchar. Por esa misma razón, llevamos esperando casi cuatro años que el señor Zapatero vuelva a celebrar el Debate sobre el Estado de las Autonomías en el Senado".
Como parte de su informe parlamentario, García-Escudero informó de que, en el año que llevamos de Legislatura, nuestro Grupo ha sacado adelante casi el 60% de las mociones que ha presentado en el Pleno del Senado, superando en la mayoría de las ocasiones el voto en contra de los Grupos Socialista y de la Entesa.
En otra parte de su intervención, el portavoz del PP en el Senado criticó que la única respuesta frente al paro de este Gobierno sea "el sectarismo a raudales" y por eso ahora, "para jugar al despiste, se echa al monte de la izquierda con olor a naftalina y desempolva del baúl de la historia banderas tan reaccionarias como la del aborto y el viejo anticlericalismo de casino".
Según Pío García-Escudero, apenas un año después de las últimas Elecciones Generales, es evidente para la sociedad española "que hemos llegado a un momento de inflexión política. Un proceso de cambio -insistió- que ya se ha puesto en marcha en Galicia y en el País Vasco, y que tiene su próximo punto de referencia dentro de unas pocas semanas, en las elecciones europeas del 7 de junio".
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