Sémper aboga por preservar la independencia de los órganos judiciales y de control

• El portavoz de campaña del PP critica que un exministro del Gobierno de Sánchez pase a formar parte del TC y que se haya roto la tradición en virtud de la cual la presidencia respondía a un sector ideológico y la vicepresidencia a otro

• Apuesta por abandonar el “contexto” de que muchas de las instituciones estén controladas o influidas por partidos políticos, porque ni les beneficia a ellas ni a la “salud democrática del país”

• Reivindica el Plan de Calidad Institucional anunciado por Feijóo para introducir reformas que permitan profundizar y garantizar en la independencia de los órganos de control

• “Se trata de construir un futuro mejor de lo que ha sido el pasado y qué instituciones queremos” señala Sémper, quien defiende que “los órganos de control, cuanta menor relación tengan con el poder, mejor”, porque tienen que controlarle y asegurar el correcto funcionamiento de las instituciones”

• Asegura que la reforma del Código Penal no es una cuestión de “armonización legal” sino que constituye un “escándalo” que quien cometió un delito modifique el Código Penal para beneficiarse, por lo que remarca que este tipo de prácticas hay que cambiarlas porque “no son edificantes”

• “No es una cuestión de izquierdas o de derechas, sino de sensatez, de respeto a las instituciones y de protegernos frente a quienes quieren saltarse el ordenamiento jurídico y creen que su voluntad está por encima de la ley”

• Remarca que el PP quiere ocupar la centralidad de la política española y ensanchar su espacio electoral, aportar rigor y una mejor gestión, así como hablar de un futuro mejor

• Critica que Bildu sea hoy un “actor fundamental” de la gobernabilidad, “porque así lo ha querido el presidente del Gobierno”, y que Otegi sea “influyente en el futuro de los españoles”

• “Nosotros creemos que su agenda es otra, la suya, la de sus propios intereses, al igual que sucede con ERC. No creen en España ni quieren contribuir a su gobernabilidad. Por tanto, hacerles agentes fundamentales representa un tremendo error”, concluye