Rueda se compromete a defender los intereses generales frente a aquellos que solo ven a Galicia como un “trofeo en La Moncloa”

El presidente de los populares gallegos y candidato del PPdeG a los comicios autonómicos asegura que “no todo justifica una victoria” y explica que mantenerse en el poder no puede anteponerse a los intereses generarles. “Los intereses de Galicia son sagrados”, agrega

“Yo no creo en la política del todo vale, que cualquier cosa sea lícita con tal de ganar o que decir una mentira sea igual que contar verdades. No creo que para conseguir ciertos fines valga cualquier medio”, insiste

“El 18-F nos enfrentamos a los que decían que nunca iba a aprobar una ley de amnistía y resulta que la van a aprobar incluso antes que la Ley de Presupuestos”, manifiesta

Incide en que no tolerará más mentiras del Gobierno y recuerda que la ministra de Hacienda mintió al asegurar que el Ejecutivo central nunca condonaría la deuda a Cataluña, algo que cuesta 400 euros a cada gallego

Augura que la “indecencia institucional” de ir a la comunidad gallega a hablar de lo que es competencia de la Xunta sin avisar a la administración autonómica se intensificará en la campaña electoral

Lamenta que todo a lo que Galicia tiene derecho se vaya a convertir en promesas del Gobierno. “Defiendo la política de la confianza, pero para eso hay que ser confiables. En ellos no podemos confiar con todo lo que han hecho y con todo lo que han incumplido”, resalta

Incide en que el próximo 18 de febrero los populares tendrán enfrente a “los que siempre hablan y luego no hacen nada, a los de la ley del solo sí es sí”, que utilizan temas muy serios con “absoluta demagogia”

Critica que las “fabulosas rebajas” que prometía el Gobierno para las autopistas se hayan convertido en la segunda subida más alta del siglo XXI mientras la Xunta sí congela sus peajes

Indica que Galicia lleva dos años esperando a convocatorias de los fondos Next Generation “que nunca se producen” y que la Comunidad continúa sin saber los plazos ni las condiciones de la llegada de los trenes de alta velocidad