Por eso, el PP exige la dimisión del senador socialista Casimiro Curbelo, quien agredió física y verbalmente a dos policías, lo que motivó su detención, durante varias horas, en una Comisaría de Policía.
Según el PP del Senado, los representantes políticos están obligados a respetar a los funcionarios públicos y a preservar la imagen de la institución a la que, en todo momento, representan. En el caso de Curbelo, los populares creen que se concitan suficientes elementos como para que el senador dimita, ya que ha mantenido un comportamiento impropio de quien representa a los ciudadanos y totalmente incompatible con la dignidad que merece una institución como el Senado.
El PP del Senado emplaza a la dirección del Grupo Socialista, con su portavoz Carmela Silva a la cabeza, a que se sume a esta exigencia a Curbelo de que renuncie, por dignidad, a su acta de senador. Según los populares, hoy Carmela Silva tiene una buena ocasión de demostrar si es una persona con coherencia política, si es capaz de utilizar la contundencia que emplea habitualmente contra el PP con un senador de su propio Grupo Parlamentario.