Los populares recuerdan los problemas de la próxima presidenta del Banco Europeo de Inversiones para gestionar los Fondos Next Generation y lamentan que no haya contribuido al crecimiento económico de nuestro país
El Partido Popular felicita a Nadia Calviño por su nombramiento como nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), pero lamenta que no haya sido capaz de imponer una visión económica europeísta.
El PP espera que la representación española al frente del BEI sea beneficiosa para el país y aguarda que, desde este nuevo cargo, Calviño sí centre sus intereses en resolver los problemas reales que presenta nuestra economía. Desde el Partido Popular, la nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones contará con más apoyo que el que seguramente obtenga de sus socios de Gobierno.
Cabe recordar que el PSOE no apoyó la candidatura de Luis de Guindos tras postularse como vicepresidente del Banco Central Europeo y exigió su dimisión inmediata como ministro de Economía en 2018 en favor de la credibilidad, la imagen y apariencia de independencia del BCE.
Esta es una muestra más de la incoherencia de los socialistas, ya que Calviño utilizó su cargo en el Gobierno como trampolín para conseguir su nuevo puesto, ejerciendo sus funciones en el Ejecutivo hasta el último día.
Probablemente el interés de Calviño en buscar su nuevo nombramiento responda a escapar de la vicepresidenta Yolanda Díaz, con la que ha perdido sus últimas batallas en el Gobierno de España.
Los populares tampoco ocultan las dudas sobre el papel que pueda desempeñar la dirigente en esta institución europea tras su incapacidad para gestionar los Fondos Next Generation, que suponen una gran oportunidad económica e industrial para nuestros sectores estratégicos.
Además, su legado tampoco ha contribuido al crecimiento de España, pues nuestro país fue el último de la Eurozona en volver al nivel de PIB previo al Covid tras 40 meses, es líder en desempleo, está más endeudado que la media europea y los ciudadanos han visto cómo se incrementaban sus dificultades para llegar a fin de mes por la creciente inflación.
Asimismo, el último precio a pagar para conseguir su objetivo de presidir el BEI fue ceder a las exigencias de disciplina fiscal establecidas por Alemania, dejando a España en una situación muy complicada por anteponer sus intereses propios a los de los españoles, tal y como ha hecho Sánchez para ser presidente del Gobierno.