• El PP rechaza la subida del IVA al gas y la electricidad que entra en vigor a partir de mañana y alerta de que la subida afectará a 27 millones de contratos de gas y electricidad lo que supondrá “la puntilla” para las familias españolas y un varapalo más para la industria
• La medida viene a sumarse a una inflación acumulada de más del 16% y del 30% en el ámbito de la alimentación, a la subida masiva de impuestos, la falta de reformas y la ausencia de un gasto público efectivo
• “Es paradójico que este Gobierno que dice ser progresista y social, y con más del 26% de las familias en situación de riesgo de pobreza, según datos de esta semana del propio INE, aplique un impuesto de lujo”, apunta
• Denuncia que según el informe de Indicadores de Pobreza Energética en España 2022, de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia de Comillas-ICAI, un total de 4,4 millones de personas sufren retraso en el pago de la factura de la luz y 8 millones de personas –3,2 millones de hogares– están en situación de pobreza energética
• La subida que impone unilateralmente este gobierno significará que las familias tengan que pagar entre 7 y 10 euros más de factura de la luz mensual y más cargas impositivas que supondrá una pérdida de la capacidad adquisitiva de las familias españolas.
• Recuerda que el PP lleva exigiendo la rebaja del IVA en productos esenciales como la carne, el pescado, las conservas; y también el mantenimiento del 5 por ciento del IVA de la electricidad
• Explica que otros países europeos como Bélgica y Portugal han aprobado la aplicación de un IVA aún más bajo, con un valor superreducido del 6%
• El PP reclama para el conjunto de España la deflactación del IRPF que ya han efectuado algunas comunidades autónomas para evitar pagar más en el IRPF por la inflación, después de que se haya incrementado la recaudación del Gobierno en 58.000 millones de euros en los últimos cinco años
• Tacha la política energética del Gobierno de equivocada y con debilidades estructurales a las que no da respuesta porque, por ejemplo, programar el cierre de las centrales nucleares sin tener alternativa hace a nuestra economía más dependiente de un gas que no tenemos