Proclama que "la prevención es inherente al trabajo y que no se puede concebir el trabajo sin prevención".
La diputada del GPP, María Jesús Bonilla, confió hoy en que la nueva estrategia española de seguridad y salud en el trabajo 2014-2020 consolide la cultura preventiva integrando, así, la vía de la prevención "en el día a día de la rutina laboral", todo ello con el fin de combatir la siniestralidad laboral y de crear "una verdadera conciencia social" que ponga de manifiesto la importancia de cumplir la normativa preventiva y las graves consecuencias que acarrearía su incumplimiento.
En su intervención en el Pleno del Congreso para la defensa de una iniciativa del GPP, la dirigente popular destacó "el firme compromiso y sensibilización" del Gobierno de Mariano Rajoy con "el fortalecimiento de las medidas de prevención de riesgos laborales que consoliden la tendencia a la baja de los índices de siniestralidad y enfermedades profesionales producidas en los últimos años".
Según destacó, el empleo es una prioridad para el Ejecutivo del PP, "y ahí están todas las medidas adoptadas para que se creen puestos de trabajo", como también son igualmente "prioritarias" la salud y la seguridad de los trabajadores.
Bonilla recordó que la estrategia inaugural nació con dos grandes objetivos: "Reducir de manera constante y significativa la siniestralidad laboral y acercarnos a los valores medios europeos y, en segundo lugar, mejorar de forma continua y progresiva los niveles de seguridad y salud en el trabajo".
La nueva estrategia 2014-2020, "elaborada desde la base del consenso", presenta nuevos grandes objetivos: mejorar la efectividad de las actuaciones de las Administraciones Públicas en materia de prevención de riesgos laborales; impulsar la coordinación entre las Administraciones Públicas; potenciar las actuaciones relacionadas con el análisis de la investigación, la promoción, el apoyo y el asesoramiento a las empresas en prevención; potenciar las actuaciones en relación con determinados colectivos y sectores, especialmente con riesgo de sufrir accidentes sus trabajadores y, finalmente, fortalecer el papel de los interlocutores sociales en la mejora de la salud y la seguridad en el trabajo".
En último término, Bonilla destacó "el papel esencial" de la sociedad española en cuanto a la consolidación de esa cultura preventiva a través de su participación y firme compromiso, a la vez que subrayó el papel que le corresponde a los poderes públicos "de trasladar al conjunto de la población que la prevención es inherente al trabajo y que no se puede concebir el trabajo sin prevención".