La portavoz adjunta del Grupo Popular en el Congreso, Marta González, acusa a la ministra de Igualdad “de ser la viva imagen del daño causado a la sociedad española por un gobierno que se denomina feminista, una coalición Frankenstein que los españoles llevan demasiado tiempo soportando”
La dirigente popular apunta que, además de las 42 excarcelaciones de agresores sexuales que ya están en la calle, el CGPJ prevé 4.000 revisiones de condenas por “su” modificación del Código Penal a la Ley que aprobó esta Cámara. González pregunta a la ministra Montero si va a rectificar in extremis la ley Trans para que no tengan las desastrosas consecuencias que ya se prevén
En su opinión, “nunca en la historia de la democracia española se ha vivido una situación así; nunca una decisión ha tenido consecuencias tan graves para la seguridad y la confianza de las mujeres. 508 rebajas de condenas por su irresponsable e infantil empecinamiento”
Afirma que “con sus disparates legislativos ha metido al Gobierno en la crisis más profunda de estos tres años de dislates, y ahora el último desastre no tiene solución, por mucho que haya recurrido desesperada a todo tipo de recursos inútiles, a ver si engañaba a alguien, pero manteniendo paralelamente su mantra de la bondad de la ley a costa de la intranquilidad de las víctimas de violencia sexual y de sus familias”
Además, apunta la portavoz popular, “tiene la desfachatez de decir que cuando se viven momentos difíciles, hay que dar la cara. Una cosa es que el momento sea difícil y otra muy diferente es ser la causante del desastre, que es su caso”, apostilla
Para Marta González “cuando esto ocurre, por dignidad, se pide perdón y después se dimite. Usted no merece ser llamada ministra porque no reúne las condiciones para ello”. “Sánchez no la cesará por su ineptitud o irresponsabilidad, sino por rédito electoral”, sentencia
Reprocha a Montero que permita que su compañera la señora Llop “asuma la responsabilidad en esta Cámara la semana pasada sin que se le caiga la cara de vergüenza, que es lo que le pasaría a cualquier otra persona responsable. “¿Es esta la sororidad entre mujeres que las feministas proclaman? Yo lo llamaría cobardía”, concluye