El pasado 16 de julio culminamos la reforma de la legislación de la infancia. Con ella, y siguiendo las recomendaciones de las Naciones Unidas, España se convierte en el primer país en incorporar la defensa del interés superior del menor como principio interpretativo, derecho sustantivo y norma de procedimiento.
Gracias a la elaboración de una norma en la que el interés superior del menor es la base fundamental del texto, hemos conseguido que los menores hijos de víctimas de violencia de género y los menores que dependan de ellas, también sean considerados víctimas. Hemos simplificado y agilizado los trámites de acogimiento y adopción, dando prioridad a las soluciones familiares frente a las residenciales porque una familia es el mejor hogar para crecer.
Además, las nuevas leyes, tienen en cuenta las necesidades especiales de las familias con dos o más hijos. Por ese motivo, ampliamos hasta los 21 o 26 años si continúan sus estudios, el título de familia numerosa.
Estas y otras conquistas han permitido que hagamos historia aprobando en el Parlamento unas de las leyes más comprometidas con el futuro de España, porque proteger a la infancia es construir una sociedad más justa, más libre y más democrática.
Esta reforma se ha llevado a cabo gracias al empeño y el compromiso del Gobierno de Mariano Rajoy. Conscientes de que es necesario que la sociedad participe en un reto tan importante, hemos escuchado la opinión de los más pequeños y de los adolescentes, contando con la valoración de expertos académicos, entidades sociales y comunidades autónomas.
Gracias a este espíritu de acuerdo, hemos incorporado al texto numerosas propuestas de los grupos parlamentarios. Esto ha permitido crear un registro central de delincuentes sexuales para hacer un seguimiento y control de las personas condenadas por estos delitos, no solo en España, sino también en otros países; incluir en el impacto normativo el impacto en la familia y en la infancia; que las prestaciones por dependencia no sean embargables; o que los maltratadores no puedan recibir la pensión de viudedad.
Con ello, puedo afirmar orgullosa que ha sido un trabajo basado en la participación, el diálogo y el consenso, un ejemplo de buen hacer.
Porque con estas leyes se abre un nuevo mundo de oportunidades para los niños y los adolescentes. Las tres ponentes hemos sido leales con los principios y valores que ellos representan y nuestro firme compromiso con la infancia se ha visto plenamente satisfecho con esta reforma.
Por último, una sociedad democráticamente segura de sí misma no renuncia a los valores sino que los alienta, ellos son la mejor garantía de su continuidad.
Macarena Montesinos de Miguel,
Diputada por Alicante y Portavoz de Servicios Sociales en el Congreso.