Los periódicos contaban aquel día en sus ediciones digitales que la renta per cápita de los españoles había caído “a niveles de 2002” o que la tasa de paro era “la más alta de la OCDE”.
Era un día más tras largos años de recesión en los que el paro se había multiplicado, la pobreza había crecido cinco veces más rápido que en Europa, las pensiones habían quedado congeladas, la deuda asfixiaba a nuestro sistema sanitario y más de 300.000 españoles engrosaban la lista de espera de la Dependencia.
Han pasado 4 años. Hemos impulsado 240 leyes, hemos inyectado más de 184.000 millones de euros a Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales de los que el 70% se han destinado a garantizar los servicios básicos del bienestar, hemos puesto en marcha incentivos a la contratación, hemos subido las pensiones todos los años y hemos bajado el IRPF, en especial a las rentas más bajas.
Hemos creado nuevas líneas de apoyo a las personas más afectadas por estos años de crisis: nuevos cheques familiares de 100 euros al mes en el impuesto de la renta, una ayuda de 426 euros a parados de larga duración, un fondo específico para luchar contra la pobreza infantil, un fondo social con casi 10.000 viviendas o una moratoria en los desahucios.
Y también hemos eximido a más de 1 millón de parados sin prestaciones de pagar el 40% del precio de los medicamentos, como ocurría antes, o extendido la justicia gratuita a todas las víctimas de la violencia de género.
Así, después de todo este trabajo, cuando la X legislatura ha llegado a su fin, España lidera el crecimiento, crear la mitad de los empleos de la Unión Europea, registra la cifra más alta de contratos de personas con discapacidad de la serie histórica y la pensión media supera por primera vez los 1.000 euros.
Además, hay 800.000 tarjetas sanitarias más que en 2012, la lista de espera en Dependencia se ha reducido más de la mitad, la tasa de riesgo de pobreza entre los mayores de 65 años ha descendido casi 10 puntos y hemos puesto al día el marco legal de protección a la infancia, que databa de 1996.
Hace pocos días, los mismos medios que el 13 de diciembre de 2011 se hacían eco de la delicada situación de España contaban las buenas previsiones crecimiento para España o la creación de 544.000 empleos recogida en la EPA del tercer trimestre.
Ese es el impulso social que ha protagonizado España y la labor de las Cortes Generales y, en consecuencia, de los grupos parlamentarios, ha sido esencial.
Ahora ponemos un punto al final de la frase. Pero todavía hay mucho trabajo por hacer. Muchos españoles a los que ayudar. Muchas ideas que materializar.
Es, por tanto, un punto y seguido para que este impulso social siga, con más fuerza si cabe, después del próximo 20 de diciembre.
Alfonso Alonso
Ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad