Recalca que el Estado de derecho es “lo suficientemente fuerte” para frenar “a quienes quieren destruir España”.
El portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, ha ensalzado este jueves en RNE "la firmeza del Gobierno" ante el desafío independentista que, según ha destacado, "está dando resultados positivos", de ahí "el desconcierto del mundo independentista, las decisiones de amagar y no dar, el nerviosismo de ese mundo y el hecho de que este proceso independentista tenga cada vez menos apoyos".
En una entrevista en el programa Las Mañanas de RNE, el portavoz popular ha señalado que "el camino" frente al desafío independentista por parte de los partidos constitucionalistas "no es mostrar caras amables al independentismo o buscar fórmulas recurrentes que no son adecuadas, ni acertadas ni sirven para nada, sino defender la Constitución, nuestro ordenamiento jurídico y una historia de 500 años de vida en común".
Hernando ha recalcado que "el Gobierno está actuando con contundencia y firmeza" recurriendo todas las decisiones que vulneren la soberanía nacional, a la vez que ha subrayado que "el Estado de derecho es lo suficientemente fuerte como para desafiar los retos de aquellos que quieren destruir España". "España no va a ser destruida en su soberanía", ha proclamado, "ni en su concepción jurídico-constitucional".
"LA TENDENCIA DE ECHARLE LA CULPA A LOS DEMÁS"
Cuestionado a su vez por el modelo territorial, Hernando se ha mostrado partidario de "no abrir" ahora este debate, puesto que el modelo territorial español "es el más descentralizado" del contexto europeo, al tiempo que ha lamentado que haya ejecutivos autonómicos, en alusión a la Generalitat, que reclamen continuamente competencias y tengan después "la tendencia de echarle la culpa a los demás cuando tienen un problema", como en el caso concreto de El Prat.
A este respecto, ha señalado que "es deseable y razonable" que puedan mejorarse las condiciones laborales de todos, siempre desde la responsabilidad y la negociación e intentando llegar a acuerdos con las partes "desde la buena voluntad", pero "sin utilizar como rehenes" a los usuarios de los aeropuertos en reivindicaciones laborales de este tipo.