El Estado de Derecho reafirma con esta decisión el imperio de la Ley, desenmascarando el fraude orquestado por ETA-Batasuna para intentar volver a las instituciones por medio de una coalición electoral claramente controlada por ETA.
La decisión del TS confirma el acierto de la vía iniciada por la Ley de Partidos Políticos y que se ha reforzado con la última reforma de la Ley Electoral.
Aquella Ley y esta reforma han sido fruto de la unidad frente a ETA de los dos principales partidos parlamentarios, PP y PSOE sucesivamente en el Gobierno y la Oposición, demostrando así que la unidad en la utilización de los instrumentos del Estado de Derecho es el único camino eficaz para la derrota definitiva e incondicional de ETA.